El Tiempo.
Quien pudiera parar el tiempo
para olvidar las penas al instante,
para dejar de ser ese bedel
que guarda la ilusión de ilusionarte.
El tiempo es la receta que cura las heridas
tras adioses y portazos repentinos
que a las almas descarnadas, por sufridas, enseñan la soledad.
Un oasis tan sólo sirve para hallar
la calma concreta, el peaje obligatorio que,
conformes, hemos de pagar.
Después hay que volver a aprender
que la espera es, ¡qué crueldad!,
el envoltorio
que a la felicidad no nos deja ver.
Quien pudiera parar el tiempo
para olvidar las penas al instante,
para dejar de ser ese bedel
que guarda la ilusión de ilusionarte.
El tiempo es la receta que cura las heridas
tras adioses y portazos repentinos
que a las almas descarnadas, por sufridas, enseñan la soledad.
Un oasis tan sólo sirve para hallar
la calma concreta, el peaje obligatorio que,
conformes, hemos de pagar.
Después hay que volver a aprender
que la espera es, ¡qué crueldad!,
el envoltorio
que a la felicidad no nos deja ver.
Tras la espera, por dura que sea, por larga que nos parezca, por mucho que nos duela... llega la felicidad, el encuentro, la esperanza, lo que nos hace soñar.
ResponderEliminarUn besito Caballero DonJuncal
Hola Elenna{Antzel}pero y si llega demasiado tarde?, no serian sueños rotos?
ResponderEliminarUn abrazo grande,
DJ.
Posiblemente si, Caballero DonJuncal... pero nadie nos quitará la ilusión y la felicidad mientras los esperamos... y aunque el sueño llegue tarde, tendremos la experiencia vivida.
ResponderEliminarUn besito.