28 sept 2010

Noche ArDiEnTe


Aquella primera noche,
la habitación iluminada por
velas y aromatizada por sus fragancias a vainilla, sentí
la atracción de tu cuerpo ardiente, pidiendo placer con tu mirada deseosa, con esos labios provocantes e insinuantes, encendiste mi fuego interior, desencandenando un mar de placer, bravio, dentro de mi ser.
Tu cuerpo moviendose al compás de la noche y al resplandor de las velas, tu cuerpo resplandecia hermoso, con tu cuerpo sudado en un estado de extasis contagiandome de deseos prohibidos.
El roce de tus senos ardientes me hizo sentir un placer eterno en mi existir.
Imaginandome un festín con tu cuerpo ardiente, sentía la necesidad de poseerte, hacerte mia por toda la noche a la luz de las velas y de tus suaves jadeos, angelical música para mis oidos, y dejar que lentamente entrara la claridad de la mañana por la ventana....
 

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