Soñé que te encontrabas junto a la muralla derruida,
paseando tu magnífica opulencia
de doloroso terciopelo oscuro.
Tus pies, decoro de marfil más puro, con satánica inclemencia.
Las pobres almas deambulantes, llenas de paciencia, se brindan a tu perjuro amor.
Mi dulce doncella, que sin sosiego sigues,
igual que un cuerpo sin alma, inerte y fria.
Huella perfumada de rosas negras de tu sombra.
Buscas el suplicio de tu regio yugo,
bajo el pie imperterrimo del verdugo,
pusiste tu esclavo corazón de alfombra...
Que delicadeza en sus palabras, precioso poema oscuro.
ResponderEliminarBesos.
Gracias mi estimada sirenita, me encanta que te haya gustado.
ResponderEliminarMuchos besos Bella Dama.