Me encanta observarte, contemplarte desnuda, blanca y lechosa como la luna que se asoma por ese ventanal.
Me gusta ver tus pechos danzar, en libre movimiento, tus caderas de perfecta curvatura, tus nalgas firmes en tersura, mientras te excibes, te contoneas a rítmicos pasos por el salón para mi deleite.
Tremendamente sensual sus palabras caballero.
ResponderEliminarUn beso.
Gracias bella dama, hay que guiarse por los sentimientos.
ResponderEliminarbesos...