16 jul 2010

La Espera


la habitación en penumbra, solo la luz de dos velas en una mesa preparada para una cena completa.
dos platos con canapés una coctelera con una botella bien fria de cava, música de Enya, la brisa entra por la ventana, me trae aromas de azahar, damadenoche y a jazmín, todo una escena de noches veraniegas en un patío andaluz cualquiera, que me rememora me huele a mi sumisa, un olor tan peculiar y atrayente que me embriaga me emborracha de sentimientos.
Con impasiencia miro el reloj y echo una mira al cielo estrellado, la noche calurosa hace más impasiente la espera, me hace sudar, no sé si será por el calor o los nervios y el deseo de que suene el timbre de la puerta.
Ese dichoso dindon no suena, me echo una copa más de cava para refrescar mi seco palar, me siento en el sillón frente a la ventana a esperar, la camisa ha empesado a mostrar las dichosas manchas de sudor por las axilas, me cambiaré pienso y si llama justo ahora? bueno la espera la tendrá más impaciente y un poco nerviosa, o seré yo el nervioso? se me notará?
pego otro trago al cava. Por la ventana llega el ruido de un grillo, miro la hora de nuevo, si me da tiempo, me digo asi mismo, me levanto y voy al dormitorio, echo un vistazo por si esta todo en orden, si está los petalos de rosas sobre las sabanas de seda blanca, la venda para los ojos en la mesilla, las esposas al lado también está, bien parece que está todo en orden, voy al ropero y saco una nueva camisa blanca, la poso con cuidado en el respaldo de una silla para no arrugarla, y me voy al baño a refrescarme y volver a echarme perfume, vuelvo al dormitorio y empiezo a cambiarme de camisa, de repente un esperado sonido llega a mis oidos, sí, el dichoso, dindon.

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