Asorto estaba mirando la atardecida del mar en mi atalaya cuando apareciste
tal y como dios de trajo al mundo, saliste corriendo para encontrarte con el mar en un refrescante chapuzón, cual sirena me pareciste sambullendote en el mar y yo desde mi atalaya no dejaba de otear.
Qué fotografía mas hermosa, y sus palabras, muy dulces caballero.
ResponderEliminarBesos.
Gracias bella dama.
ResponderEliminarBesos.