La vida si no es un juego
es una pura mentira,
la verdad es carta blanca
y de utilidad vacía.
.oOo.
La vida toda es un juego,
de faroles y de trampas
y en el tapete del mundo
hacemos nuestras jugadas,
el nacer es el comienzo
y el reparto de las cartas
y el final de la partida. . .
la repuesta está bien clara.
“Y comenzamos el juego:
y a esperar a ver que pasa”
Con los naipes que nos toque
la partida hay que ganarla,
cada cual juega la suya,
con su astucia y su artimaña,
y con la suerte a favor,
se van consiguiendo bazas,
pero también en segundos
el azar te da la espalda.
La suerte, siempre la suerte
y la astucia siempre al habla,
ni un descuido de piedad,
que la blandura se paga,
siempre con naipes de Judas,
cartas ladinas marcadas.
Con las espadas y el oro
siempre se ganan batallas
y en las copas nos bebemos
tragos de manos frustradas:
palo de pobreza el basto,
naipe siempre en la desgracia
desde iniciar la partida
hasta que el dolor te mata
y así muchos jugadores
llenos de miseria danzan
buscando a gritos justicia
en honestidades vanas.
Pero todos, todos, todos,
buscamos nuestras ganancias,
porque la vida, señores,
sin fortuna nunca es nada
y hay que darle su sabor
para poder soportarla.
La vida es muy conflictiva
con más reveses que gangas
y pierdes si mal te va
hasta la misma esperanza.
Las mentiras siempre en pie
de verdades disfrazadas
y desdichado de aquel
que no apueste con ventaja.
Nunca las buenas partidas
podrán ser eternizadas
ya que al final se termina
en las tinieblas lejanas,
cuando se remata el juego
y se rompe la baraja.
La vida sólo es un juego
breve y con muchas trampas
y hay que sentarse en la mesa
con las uñas afiladas
y arañar donde se pueda
para sacarle tajada.
Lo demás todo es mentira,
una verdadera farsa,
donde serás siempre víctima. . .
si no sabes bien jugarla.
.oOo.
Manuel Cornejo González
es una pura mentira,
la verdad es carta blanca
y de utilidad vacía.
.oOo.
La vida toda es un juego,
de faroles y de trampas
y en el tapete del mundo
hacemos nuestras jugadas,
el nacer es el comienzo
y el reparto de las cartas
y el final de la partida. . .
la repuesta está bien clara.
“Y comenzamos el juego:
y a esperar a ver que pasa”
Con los naipes que nos toque
la partida hay que ganarla,
cada cual juega la suya,
con su astucia y su artimaña,
y con la suerte a favor,
se van consiguiendo bazas,
pero también en segundos
el azar te da la espalda.
La suerte, siempre la suerte
y la astucia siempre al habla,
ni un descuido de piedad,
que la blandura se paga,
siempre con naipes de Judas,
cartas ladinas marcadas.
Con las espadas y el oro
siempre se ganan batallas
y en las copas nos bebemos
tragos de manos frustradas:
palo de pobreza el basto,
naipe siempre en la desgracia
desde iniciar la partida
hasta que el dolor te mata
y así muchos jugadores
llenos de miseria danzan
buscando a gritos justicia
en honestidades vanas.
Pero todos, todos, todos,
buscamos nuestras ganancias,
porque la vida, señores,
sin fortuna nunca es nada
y hay que darle su sabor
para poder soportarla.
La vida es muy conflictiva
con más reveses que gangas
y pierdes si mal te va
hasta la misma esperanza.
Las mentiras siempre en pie
de verdades disfrazadas
y desdichado de aquel
que no apueste con ventaja.
Nunca las buenas partidas
podrán ser eternizadas
ya que al final se termina
en las tinieblas lejanas,
cuando se remata el juego
y se rompe la baraja.
La vida sólo es un juego
breve y con muchas trampas
y hay que sentarse en la mesa
con las uñas afiladas
y arañar donde se pueda
para sacarle tajada.
Lo demás todo es mentira,
una verdadera farsa,
donde serás siempre víctima. . .
si no sabes bien jugarla.
.oOo.
Manuel Cornejo González
Precioso poema el que nos presenta hoy Sr DonJucal....me ha gustado mucho...da que pensar...para variar!
ResponderEliminarUn gran abrazo!
Cuanto hay de cierto en este poema, a veces unos comienzan con mejores cartas que otros , pero todos hemos visto alguna vez a esa persona que tenía las mejores cartas, jugar una pésima partida o al que no las tenía tan buenas, ganarla.
ResponderEliminar"El destino mezcla las cartas, y nosotros las jugamos". (Arthur Schopenhauer)
Un saludo