Te quedas atrapado en el silencio, mientras tu cabeza pierde fuerza y de repente te desesperas… ya no sabes ni por qué lloras, ya no entiendes ni por qué te destrozas… pero te haces trizas, y eres pasto de pisadas furtivas… el vacío es creado por tu incapacidad para dejarte ver…
Incluso esto, es una pared, una pared confusa que a veces creen saber leer, poder pintar y borrar, y volver a pintar… no se dan cuenta que la tienen que derribar… y a veces es complicado porque después de una hay otra…
Años creando silencio, guardándome tanto, que ya no sé quién soy…
Y llega un momento en que mazo en mano, te dispones a romper paredes para hacer paso, a tu cuerpo que quiere escapar de ti. Inmóvil, y ciego, escapas al control, y comienza la batalla, entre cuerpo y mente… mente inmóvil y cuerpo rompiendo muros… muro tras muro, muro tras muro, para llegar fuera…
Y los pasos se pierden, y la oscuridad se cierne, sobre el cuerpo que muere de agotamiento, y debe esperar para continuar… inmóvil, hasta volver a despertar, y continuar… y derribar… paciencia y fuerza…
No hay mayor poder que la constancia y la paciencia…
Preciosa reflexion, de una gran dureza emocional, pero con una fuerza arrolladora...
ResponderEliminarRomper esos muros, encontrar tu sitio y seguir avanzando aunque una nueva pared esté frente a ti...puedes...sabes que puedes...y si sientes que no así...pide ayuda...te ayudaremos a derribarla...y a seguir...todos necesitamos a veces mazas ajenas para avanzar...
Un gran abrazo amigo.
Buenos días mi querida amiga, siempre hay que ir avanzando, rompiendo muros que obtaculicen el abance, y no hay mayor ayuda que un buen amigo, que la amistad se basa en dar y pedir ayuda cuando se necesita, no solo darla sino saber que cuando uno la necesites la tienes sin dudarla...
ResponderEliminarbesos y abrazos mi querda amiga, y todos mis respetos a tu Señor.