Ay de mi corazón que nadie quiso
tomar entre mis manos desoladas.
Tú viniste a mirar sus llamaradas
y le miraste arder claro y sumiso.
tomar entre mis manos desoladas.
Tú viniste a mirar sus llamaradas
y le miraste arder claro y sumiso.
El pie profundo sobre el negro piso
sangró de luces todas las jornadas.
Ante sus pies, callada,
tus puertas invisibles, Paraíso.
sangró de luces todas las jornadas.
Ante sus pies, callada,
tus puertas invisibles, Paraíso.
Tú que echaste a las brasas otro leño
recoge las cenizas y al pequeño
corazón que se mueve tras su dueño
recoge las cenizas y al pequeño
corazón que se mueve tras su dueño
Cuando se pertenece de esa forma, es a fuego... Incluso, a pesar de uno mismo...
ResponderEliminarEndecasílabos que ponen a temblar... ainsssssss
A sangre y fuego mi estimada Nicky :-) ay esos temblores cuando sientes su presencia, oyes sus pasos, siente su leve caricia de sus dedos rozar tu frente, mientras esperas arrodillada con los ojos vendados, y los demás sentidos a flor de piel, incluso el.olfato, donde su aroma te inunda los sentidos uhmmnn jeje.... Un fuerte abrazo y un beso casto de cariño :-)
ResponderEliminarExacto!
EliminarBuena semana, DJ :)
Paraíso alcanzado entre las cenizas de su fuego que arden en el continente de su cuerpo.
ResponderEliminarUn placer leerte Don Juncal.
Un beso.
Es el rescoldo que queda en el corazón que con un leve soplido se aviva ese fuego vivido, experimentado del cuerpo...
EliminarGracias Maria y el placer es mutuo, cuando leeo sus escritos. Un fuerte abrazo