Sudamos sangre, escupimos vida… morimos en silencio. Pero vivimos eternamente.
Recuerdos de batallas, y de proezas, que ahora mueren para dar paso a leyendas. Libros inconclusos que quedan manchados de tinta… gritos de locura, adornados, de la más terrible de las corduras.
El conocimiento, es mi muerte… la ausencia de fronteras y la muerte de mis dueños, es la proclamación de mi libertad. Declaración de independencia, donde soledad te da la mano y te lleva por largo tiempo para conocerla. Sacarás fuerzas de flaqueza… te levantarás entre las tinieblas… volverás a la vida, si, y sólo sí, puedes vivir con ella.
Perderás tanto de ti, que ya nunca más serás tú...
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